Era diciembre de 1931. Gerald y Jennie eran una pareja recién casada y esa Navidad sería su primera juntos. Este año iba ser muy diferente de los demás. El trabajo era escaso y el dinero también. Gerald y Jennie tuvieron que mudarse a otro estado muy lejos de su familia en Michigan. Allí en Montana Gerald encontró un trabajo en una fábrica de ataules. Era un buen negocio porque aunque nadie tenía plata la gente seguía moriéndose. Gerald tenía suerte de tener trabajo, ya que había muchas personas que no tenían tanta suerte cómo él, pero aún así Gerald se sentía mal de que la empresa para la cual trabajaba se abrovechara de las familias de los muertos.
Navidad se estaba acercando rápidamente y sólo tenían plata para comer y pagar el arriendo. La única cosa festiva en el departamento era un pequeño árbol que hallaron en el campo detrás del departamento. Fue decorado con canguil las sobras de las telas que cosía Jennie. Ella y Gerald habían quedado de acuerdo de que no iban a intercambiar regalos, pero él quería que su esposa tuviera algo que abrir en Navidad. No le podía comprar nada de la calidad que merecía. Decidió que iba a tener que hacer el regalo él mismo. Pero qué cosa?
Jennie se quejó de que había ratas así que Gerald puso trampas por todo el edificio.
En el sótano encontró un bastidor y otros materiales de pintura. A Jennie le encantaba el arte y sería el regalo perfecto. Comenzó a pintar. Al principio parecía la obra de un niño escolar. Pero todos los días después de trabajar duro diez horas bajaba al sótano para practicar, porque quería darle a Jennie una pintura. Cuando faltaban pocos días para Navidad, empezó a pintar un florero dorado con flores de los colores favoritos de Jennie. Faltaban dos días para Navidad cuando terminó la pintura. Dejó que se secara y en la Noche Buena la puso en una caja que encontró por ahí y la subío al departamento. La puso debajo del árbol de navidad y fue a dormir. El día siguiente Jennie se levantó para hacer el desayuno y vio una caja vieja y sucia debajo del árbol de navidad. La abrió y vio una hermosa pintura de flores rojos, azules y violetas, sus colores favoritos. Su esposo la quería tanto que cuando podía haber descansado después de trabajar, hizo esto por ella. Fue el regalo más hermoso que había recibido.
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Hace 11 años

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